Haikus de familia

abuela
Si está ocupada
no importa, porque igual
juega conmigo

abuelo
Me cuenta historias
de su niñez y quiero
yo ser su amigo

mamá
Superpoderes
para borrar mi enojo
con un abrazo

papá
Superpoderes
para borrar su enojo
con mis abrazos

Hermano
Es un creyente:
me sigue a cualquier mundo
que yo me invente.

¿Será…?

pensador

¿Será que por un misterio cósmico
(un eclipse lunar, una constelación
una descarga extraña de energía)
las estatuas del mundo cobran vida?

¿que la gran Esfinge avanza
por el desierto de Guiza,
que deambula la Libertad
por Central Park
luminosa y sin prisa
y en Florencia el David
muy orondo camina?

¿Será que en Buenos Aires
el prodigio termina?
Colón le ceba un mate y Azurduy,
ya sin rencor, lo mira.

¿Será que las estatuas despiertan del error
y aprenden lo que el hombre no podría?

Colorín colorado

Y Colorín colorado…
estos cuentos enrimados
ya se van a descansar.
Y colorín colorete…

¿Quién será el nuevo jinete
que se ponga a cabalgar?
Pues los cuentos infinitos,
como saben, nunca duermen.

Sólo esperan que alguien quiera
volverlos a despertar…
¿Quién de todos los oyentes
será el príncipe valiente
que se atreva al desafío
de volverlos a inventar?

 

Despedida

Peter Pan y Campanita vuelan:
van con alas invisibles
desafiando al viento, ¡libres!
y unas nubes, boquiabiertas
deliberan si son globos, aves
ovnis o avionetas…

Yo voy volando con ellos
Aquí bien alto ¿me observan?
¿no ven allí, que a lo lejos
un fiero barco navega?
Aquel de allá, ese que lleva
una espantosa bandera
que en el mar, como en espejo
dibuja una calavera.

Lleva ese barco a montones
bombas, piratas, cañones.
Y entonces Garfio dispone
y el viejo Smee nos increpa:
─¡Venid aquí a la cubierta
que entre indios y sirenas
libraremos la batalla más cruenta!

No hagamos caso ¡volemos!
que ya está cerca la tierra
donde gobiernan los sueños
porque no hay más pobladores
que varios niños pequeños.

Ninguna duda me altera.
No habrá temor que me pierda:
creo en las hadas, los duendes
los niños que nunca crecen,
los magos, las hechiceras.

Quiero volar ya muy alto
adonde vayan mis sueños
Sin preocuparme del tiempo
del porvenir, del sustento
de la gente que me diga
“¡Peter Pan es puro cuento!”
Nada me importa, ¡yo creo!
Vale la pena el intento.

Voy a pelear contra el viento
enfrente de los cañones
de los piratas gruñones
de aquel que diga “está loca
sólo son puras visiones”.

Porque este libro es ejemplo
de que es posible volar.
¿O alguno podrá negarme
que hay algo de magia en esto?
Yo lo soñé, así, enrimado
lleno de cuentos alados
Y mientras vos vas leyendo
seguro yo estoy pensando
¿Qué niño estará leyendo
los versos que yo he soñado?

Y aunque ignoro muchas cosas
de este mundo complicado
Campanita me ha confiado
una innegable verdad:
Para alcanzar nuestros sueños
¡hay que animarse a soñar!

 

¡No hay derecho!

Sube que te sube
troncos sujetando
nubes traspasando.
¡Pobre Periquín!

Trepa que te trepa
cielo atravesando
va como volando.
¡Pobre Periquín!

Anda que te anda
ramas escalando
ángeles pasando
¡Pobre Periquín!

Todo para el cuento
célebre y famoso
que aunque sigue hermoso.
¡No es de Periquín!

A las habichuelas
sí las respetaron,
y al gigante malo
¡bello porvenir!

Al que escala, en cambio,
nombre le cambiaron
Jack lo bautizaron.
¡Pobre Periquín!

¡Ábrete, Sésamo! (por favor)

Alí Baba se encontraba
justo parado en la entrada
del prodigioso escondite
cuando un estruendo escuchó.
¡Cómo olvidar el berrinche,
el escándalo, el bochinche
que Ali Baba provocara
cuando su pie se quedó
prisionero de la trampa
de esa puerta milenaria
que, aunque nadie lo ordenara,
de repente se cerró!
¡De la angustia se quedara
sin memoria ni palabras!
Le salió un “abracadabra”
¡Pobre hombre!, no sirvió.
¿Cómo diablos se llamaba
la semilla esa que estaba
en la fórmula famosa?
¿No me cuentan, por favor?
¿era lino, mijo, soja?,
¿un garbanzo u otra cosa?
¡Más finito que una hoja
el pobre pie le quedó!

El campeonato

Sí, señor, yo he presenciado
su bochornosa actuación,
me ubiqué en primera fila.
¡Qué terrible papelón!
Cierta ventaja tenía
la Sirenita en el mar
(o eso pensamos nosotros)
¿por qué si no iba a apostar?
Miré a los tres contrincantes:
un pequeñuelo esquimal,
un regordote elefante
y un vejestorio caimán…
Calculamos diez brazadas
¡no mucho más hasta allá!
No, con su cola brillante
toda escamada, además…
Era imposible, pensamos,
que otro pudiera ganar
el magistral campeonato
de natación estatal.
Pero ya ve, yo he perdido
medio penique ¡qué mal!
por apostar ciegamente
que la primera en llegar
al entablado del muelle
sería la niña del mar.
Le digo yo, no es sensato
en una joven confiar.
Por más sirena que sea,
por más que sepa nadar.
Adolescente y tontuela
¿era imperioso parar
para mirar al muchacho
que por allí fue a pasar?
Y, mire usted, vaya y pase
que le pudiera ganar
ese reptil vejestorio
o el pequeñuelo esquimal…
¡Pero no diga, mi amigo,
que el elefante quedara
en tercer puesto y la chica
¡en el último lugar!

La lámpara más más brillosa

lampara-de-aladino

http://www.pericadibuja.blogspot.com

Nunca nadie ha detenido
en la madre la atención,
¿no recuerdan cómo ha sido
que aquel genio despertó?
Fue la madre de Aladino,
que aquel día la lustró,
pues pensó que más limpita
le hallaría comprador…
Hete aquí que al repasarla
aquel fiero efrit salió,
se expandió, malhumorado
y la pobre no lo vio…
—Soy tu esclavo ¿qué deseas?
—el gigante preguntó.
Mas la anciana no contesta,
¡está sorda!, digo yo.

y ella sigue refregando
¡y qué lustre que le dio!
No es del susto que cayera
como muerta.
¡No, no, no!
Es que estaba muy cansada
ya de tanto franelear.
Solo quiso hacer la siesta
¡qué se iba a desmayar!

 

 

Deseo

lamparamaravillosa

Me gusta desear porque el deseo

me mantiene inquieta,

alerta para no perder la oportunidad.

Pero a veces, es cierto,

desear tiene sus riesgos

Porque somos una parte diminuta

del enorme universo

y no podemos saber si este camino

es mejor que aquel

¿O no se habrá sentido afortunado

el pasajero del Titanic?

¿María Antonieta, al ocupar

el trono francés?

¡Ah, si conociéramos

el plan del universo,

desear con garantías

y avanzar sin caer!

 

Ovillo

gatito

 

Cuando la palabras sueltan este mundo

juegan y dibujan otro.

Combinan las texturas, los colores

incluso lo que no puede tocarse

pero vive más allá de los nombres…

El mundo es un ovillo

de palabras

que rueda

si aprendemos a jugar.