No hubo en la historia del teatro
nunca un misterio mayor
¿Cómo ha logrado Pinocho
ser el primer actor?
No importa si siente miedo,
alegría o confusión
¡el pobre tiene en el rostro
siempre la misma expresión!
“¡Flexiona un poco las piernas!”,
el coreógrafo le indica.
Y aunque Pinocho se esfuerza,
la cosa se le complica.
“¡Es de madera!”, se queja
el director impaciente
¡Más vale, si el hada azul
es demasiado exigente!
Pero lo más complicado,
según nos cuenta una actriz,
es que repite el libreto
¡y le crece la nariz!




