Como perro y gato

La primera vez pelearon
como perro y gato:
Batata ladraba
Guau Guau
Y Akiro, callado,
le mostró las garras.
Zas Zas
Los dos se miraban
fijamente
como midiendo
quién mandaba.

¿Quién mandaba?
A veces, Akiro
Miau Miau
andaba como si
la habitación
fuera un palacio
y él un gato emperador.

Pero otras veces, Batata
se rebelaba
se daba cuenta de su tamaño
de la fuerza
de sus patas
y avanzaba
Tap Tap
Y Akiro el gato emperador
se iba volviendo
pequeño
pequeñito
mínimo
minino.
(Y se escapaba)

Pero un día descubrieron
juntos
sin saber
sin querer
que se querían.
Batata movió la cola
Plas Plas
y Akiro dejó salir
Su Ron Ron
y así como si nada
como quien dice
ya es tiempo y ya era hora
empezaron a entenderse y a jugar
como perro y gato.

Del otro lado del mundo

Del otro lado del mundo,
con su túnica de seda
Aiko espera el nuevo año
con perfume a primavera.

Con grandes letras doradas,
Ha escrito con mano experta
mensajes de amor y dicha
sobre ventanas y puertas.

Ha puesto, con sus vecinos,
banderines y siluetas
que van pintando de rojo
cada rincón de la aldea.

Ya todo está preparado
para el baile del dragón:
El gran desfile se acerca
¡comienza la tradición!

Después el cielo se enciende
de fuegos artificiales
que Aiko verá, feliz,
rodeada de familiares.

Al fin, bajo la luz tenue
y cálida de un farol
comparten licor de frutas
Y pastelitos de arroz.

En tus manos (acróstico)

Esas acciones chiquitas
Las que a veces no se notan

Provocan cambios que afectan
Las cosas que más importan
Algunas son pan comido
No tan sencillas son otras
En todas hay desafíos
Tratá, probá ¡Tomá nota!
Al ave, dejala libre

Es su destino volar
Si querés tener mascota
Te dejo solo un consejo:
Adoptá (en vez de comprar)

Evitá ensuciar las aguas
No importa si es río o mar

Todos los peces merecen
Un hogar, no un basural
Sembrá un árbol, protegelo

Moderate y apagá
Aquellas luces que a veces
No precisás usar.
Ocupate y no te olvides:
¡Sos parte de este lugar!

Un misterio familiar

Hay un misterio en mi familia
que no podemos descifrar.
Ni la propia tía Elvira
nos lo ha podido explicar.

Si está en la pista de baile,
mi tía Elvira es un queso:
La pobre se paraliza
y no te mueve ni un hueso.

Pero si ríe… ¡Qué cosa!
Comienza la conversión,
no solo mueve su boca
¡Se pone el cuerpo en acción!

La primera carcajada
le hace temblar la barbilla
y el movimiento desciende,
con ritmo, hasta la rodilla.

Estira un brazo y el otro
repite ese movimiento.
Sus pies marcan el compás
con innegable talento.

Tenemos una certeza
en medio de tanta intriga:
Cuando mi tía se ríe
es muy buena bailarina.  

El festejo

“Dominga, ¿cómo va el locro?”
pregunta Doña Manuela
La negra dice: “Ya casi,
prontito estará la cena”.

Se va sintiendo el festejo:
La patria entera celebra.
Un señorito se abraza
con otro que vende velas.

Dominga encendió faroles
Temprano puso la mesa
y los cubiertos de plata
y la vajilla francesa.

Los invitados, vestidos
de tan distintas maneras:
se ven trenzas y peinetas
se ven ponchos y galeras.

Resuenan vals y cielitos,
pericones y minués.
Y cuando escucha el candombe,
Dominga mueve los pies.

“¡Negrita, ya somos libres!”,
le dice el niño Joaquín.
Y ella pregunta, bajito:
“¿Y cuándo me toca a mí?”

De paro

En alguna biblioteca
(así circuló el rumor)
se juntaron de improviso
las tildes del español.

Primero hicieron terapia:
“¡Todo el mundo nos olvida!”
Después dijeron: “¡Ya basta,
tomemos una medida!”

Así decretaron paro
por un tiempo indefinido
dejaron de trabajar
¡y comenzaron los líos!

Las playas de Mar de Ajó
se volvieron Mar de Ajo
¡Pobres peces, inocentes!
¡Qué mal aliento les trajo!

Un papá que conversaba
sentado en el comedor
se convirtió en una papa
y casi fue guarnición.

Y la abuela que una tarde
barrió toda la terraza
después tuvo que aguantar
un barrio sobre su casa.

Y hubo más, dicen que un chico
con la sábana jugó
A ver, piensen un poquito:
¿se imaginan qué pasó?

Idea

Cuando recién nos mudamos
mamá plantó la semilla
Yo iba al jardín y mi hermana
me llegaba a la rodilla.

Brotó una tarde de octubre
apenas dos, tres hojitas
Pero mamá hizo un festejo
y cocinó galletitas.

Nos dijo cómo regarlo:
¡No más de una vez al día!
El tallo se puso ancho
(en tronco se convertía)

Un día tuvo mil ramas
y muchas flores chiquitas
«¡Qué blancas y perfumadas!»,
opinaban las visitas.

Y ahora, que ya está grande
y lleno de mandarinas
me invade bajo su sombra
una idea repentina.

La pienso, la saboreo
¡Ay, qué idea más bonita!
¿Si como un gajo ahora mismo
y planto las semillitas?  

Ricitos tras las rejas

¡Es una nena adorable!
¡Y, ay, sus ricitos dorados!
Parece de propaganda
con su vestido a volados.

Pero aun así lo que hizo
no fue ninguna pavada
Es un delito y es grave:
“usurpación de morada”.

Los osos la denunciaron
con justísima razón:
como Pancha por su casa
los esperó en camisón.

A ver, no pedimos mucho:
¡Un poco de educación!
Preguntá antes de mudarte,
esperá la invitación.

¡Igual se la ve contenta
y tan feliz en la cárcel!
ya eligió una buena cama
y está dispuesta a quedarse.

El guardia se quejó un poco,
la acusa de confianzuda:
le exige de desayuno
té dulce con medialunas.

¡Otra que Hamelín!


Sospecho lo que ha pasado
en mi querida ciudad:
el flautista ha hipnotizado
a los niños ¡qué impiedad!

Seguro que el intendente
no le ha querido pagar
por los servicios prestados
y él se ha querido vengar.

Así son los soberanos
de cualquier tiempo y lugar
Siempre pensando en sí mismos
¡Y a reventar, los demás!

Aunque está claro, el flautista
se tuvo que actualizar:
La flauta para este siglo
¡es toda una antigüedad!

Y ahora los pobres niños
como hechizados están:
no hablan, no interactúan
¿y quién los irá a salvar?

¿Qué antídoto poderoso
tendremos que preparar
para lograr que despierten
y suelten su celular?

Érase una vez…

Dijo el youtuber que dijo el remisero
que dijo el asesor de imagen de un bloguero
que dijo la empresaria que dijo su analista
que dijo un estadista por televisión
que dijo su abuelito que contó el lechero
que dijo la mujer de un viejo barbero
que dijo el canillita que dijo la florista
que dijo un maquinista de un tren a vapor
que dijo la pulpera que dijo el granadero
que dijo un vendedor de velas y plumeros
que dijo el aguatero que dijo su querida
que servía en la casa de un conde español
que un hombre ilustrado contó que en su pueblo
dijo el boticario que su sombrerero
dijo que un poeta le confió a un pianista
que hubo un aprendiz de deshollinador
que contó  que un día le contó un viajero
que cierto  verdugo le dijo en secreto
que había habido un monje ciego y alquimista
allá por los tiempos de la Inquisición
que viajó al pasado a través de un sueño
y escuchó clarito cuando un cocinero
le contaba a un paje que un malabarista
escuchó  el relato de un triste bufón
sobre lo que dijo allá en otro tiempo
en el Coliseo aterrador, inmenso
una misteriosa joven pistonisa
a un pobre romano que era gladiador…

Qué casualidad ¡si era el mismo cuento
que contó recién, justo hace un momento
mi abuela que nunca conoció en su vida
al youtuber ese que me lo contó!