Había una y otra vez

Había una vez un retoño
apenas una ramita,
que fue creciendo despacio
y con paciencia infinita.

El tronco se hizo muy grueso,
fueron subiendo las ramas,
las nubes se convirtieron
en vecinitas cercanas.

Un día brotaron flores
amarillas, perfumadas
que endulzaron todo el barrio
con su fragancia dorada.

Y empezó a haber visitantes:
un colibrí, un cardenal,
abejas que se llevaban
el néctar a su panal.

Los niños se entretenían
intentándolo escalar:
subían y se caían
y volvían a empezar.

Bajo su sombra hubo tanto,
que no se puede contar:
besos secretos, promesas,
recuerdos que quedarán.

Un día así, de improviso,
alguna flor se soltó
las semillitas volaron
donde el viento las llevó.

Y colorín colorado,
el cuento vuelve a empezar:
Ya se adivina un retoño
que pronto va a germinar.

¡Y nació!

La manzana de Blancanieves (y otros cuentos enrimados) llegó justito para la Feria del libro, va a estar en el stand 424 (pabellón azul). Acá abajo les dejo el número 18, con la correspondiente ilustración de Perica. ¡Ojalá les guste!

18. El genio malhumorado

¿Cómo creen que alguien puede

con tremenda contractura?

¿O es que ustedes han dormido

con mis diez metros de altura

dentro de una botellita

y doblados de cintura?

¡Y después no me comprenden

cuando estoy de mal humor!

¡Hay que estar aquí encerrado

por dos siglos con calor,

encogido y transpirado,

sin ningún ventilador!

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