
¿Será que por un misterio cósmico
(un eclipse lunar, una constelación
una descarga extraña de energía)
las estatuas del mundo cobran vida?
¿que la gran Esfinge avanza
por el desierto de Guiza,
que deambula la Libertad
por Central Park
luminosa y sin prisa
y en Florencia el David
muy orondo camina?
¿Será que en Buenos Aires
el prodigio termina?
Colón le ceba un mate y Azurduy,
ya sin rencor, lo mira.
¿Será que las estatuas despiertan del error
y aprenden lo que el hombre no podría?