Un favor

Vinieron desde Inglaterra
mis viejos antepasados
todos pintados de rojo
y con ribetes dorados.

Parados en las esquinas
y en cada plaza del barrio
eran objetos valiosos
¡tan útiles y mimados!

Se llenaban de noticias
y palabras esperadas
que viajaban desde lejos
y acortaban las distancias.

Palabras de amor y pena,
de familias que extrañaban,
de amigos inolvidables
que las cartas acercaban.

En cambio a mí me tocó
ser un buzón de este siglo
y llenarme de palabras
que solo son un fastidio.

Folletos y propagandas
publicidades, impuestos
que no emocionan a nadie,
¡ay, qué papeles molestos!

Por eso pido un  favor
a mis pequeños lectores:
que escriban alguna carta
y alegren a los buzones.