
Ilustración de Cathy Delanssay
Resulta que en Muy Lejano
vivió una joven princesa
que se negaba a seguir
los patrones de belleza
Se cubrió con piel de asno
para que nadie la viera
y dejó atrás el palacio
yéndose de mochilera.
Le gustó que todo el mundo
se asustara , nomás verla:
se quedó con el disfraz
que adornó con unas perlas.
La gente, muy prejuiciosa,
apenas se le acercaba
así que para cambiarse
ni cerraba la ventana.
Por eso un joven del pueblo
muy pronto la descubrió
y en cuanto supo quién era
veloz se le declaró.
“¡Seguro es mi alma gemela!”
se dijo frente al espejo
“Así, con cara de asno
me quiere” ¡yo no lo dejo!
Se casaron enseguida,
se comieron las perdices
Pero el cuento no se acaba
(aunque sí fueron felices)
Parece que este muchacho
también guardaba un secreto:
se supo en la misma boda,
(me dicen los indiscretos).
Tapaba con piel de guapo
su físico verdadero
y sus orejas de asno,
con un bonito sombrero.
Me encanto que historia más hermosa y si todos tenemos nuestras máscaras. Felicitaciones
¡Muchas gracias!