Una carta le ha llegado
al famoso Ratón Perez,
y está el pobre preocupado
por el monto que requiere.
La da vuelta, la sacude,
la sostiene y la relee.
Y otra vez fija los ojos
en el sucio remitente.
La letra es bien redondita:
“el sastrecillo valiente”,
el sobre está pegoteado
con mermelada en el frente.
¿Cómo ha podido este niño
quedarse sin siete dientes,
de un golpe, sin anestesia,
de súbito y de repente?
Cuenta las siete monedas
el ratón celosamente.
Refunfuñando va a verlo
al satrecillo valiente
(Pido perdón y corrijo:
¡al sastrecillo sin dientes!)
